¿Dialogar? … Qué pena llegar a instancias en
las que tengamos que recordar que dialogar es la base de la formación de
nuestra ciudadanía, políticas, y al cabo de nuestro desenvolvimiento como
persona, se ve tan sencillo e incluso hilarante, ¿Por qué nos cuesta tanto?
¿Por qué nunca partimos por el diálogo? Me imagino que puede ser por la
intolerancia a saber que otros pueden tener mejor respuestas a perspectivas que
nosotros podemos tener, muchas veces orgullo, o más bien comodidad. ¿Será una
neofobia? ¿Le tendremos miedo a lo nuevo? ¿Multiculturalidad, diferentes puntos
de vista, nuevas propuestas?
Siempre he escuchado que la respuesta a todas
las interrogantes anteriores es que “somos un país en VÍAS de desarrollo” y por
eso pasa todo lo que pasa, y bueno hay que asumirlo… Entonces por esa razón,
¿Podemos hacer todo mal? ¡Claro que no! No se trata de un problema de estado,
ni mucho menos de los “políticos”, ni del vecino… Es hora de dejar de culpar al
otro, y asumir nuestros errores, llenarnos de conocimiento, abrir nuestras
mentes, dejando atrás lo malo, adquiriendo lo bueno, dejar de lado el
relativismo, y tomar posturas concretas e ir en pos de ella, salir de nuestras
zonas de comodidad, y aspirar a cambios. No puedo dejar de pensar en Malala,
menospreció su propia vida, por un bien mayor, que no solo la involucra a ella,
sino que a todo el mundo.
Pienso que es hora de que nuestros proyectos de
vida dejen de ser tan individualistas, e integren al otro, no podemos pasar
toda una vida buscando nuestra propia felicidad, estoy segura que la felicidad
está en el ahora, en el disfrutar los pequeños detalles del día a día, ayudar y
escuchar al otro, moverse por quien no conocemos, y estar dispuestos a entregar
la vida por lo que creemos que la vale. No podemos dejar que se nos pase la
vida pensando en el día de mañana, ni mucho menos morir afanados, ignorando
tantas veces, esferas tan importantes en nuestra vida, que al fin y al cabo nos
pueden traer grandes consecuencias.
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