La esencia de la enfermería es el
cuidado, centrado en las relaciones humanas
y relaciones interpersonales que se dan durante el proceso del cuidar
durante el ciclo de vida de las personas y el proceso de salud y enfermedad que
es dinámico (considerando el enfoque de integralidad, biopisicosocial y
consideración holística del individuo). Es por esto que se hace necesaria la
reflexión sobre la ética del cuidado.
Los constructos éticos del
cuidado no deben perderse nunca de vista en la práctica profesional y en
nuestra esencia de la enfermería que se infunde en nuestra individualidad como seres humanos dedicados
al arte y la disciplina del cuidar. Los constructos
corresponden a compasión, competencia, confidencialidad, confianza, conciencia.
Estos nos permiten no desviarnos del
objetivo primordial de la enfermería que
es el cuidado y no dejarnos guiar de esta forma por la “masa” y otorgar un cuidado estandarizado,
impersonal de enfoque biomédico centrado
en técnicas y procedimientos, olvidando la importancia de brindar un cuidado
humanizado y de calidad dependiendo del contexto y condición individual de cada
persona atendida.
El desafío entonces es para
nosotros como futuros profesionales, y realizar cambios que signifiquen una
real diferencia en la atención de salud
de nuestro país, siendo profesionales de excelencia y un modelo a seguir para
las futuras generaciones.
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