Se han hecho muchos avances en la medicina paliativa en
cuanto al control de los síntomas y han
aparecido nuevos fármacos, sobre todo analgésicos, que facilitan mucho el
alivio del dolor al final de la vida, sin embargo, todavía hay algunos enfermos
que a pesar de todo del tratamiento, presentan
uno o más síntomas refractarios
que le provocan un sufrimiento insoportable; es por esta razón que la
práctica de la sedación paliativa se ha hecho cada vez más común.
La sedación paliativa es la disminución deliberada de la
conciencia de la persona que se encuentra en etapa terminal, inducida por fármacos con la intención de
aliviar su sufrimiento. Esta práctica se encuentra indicada sólo en fases
terminales, siempre tomando en cuenta a la persona, con una dosis proporcionada
individualmente según la profundidad y temporalidad que se busca. La necesidad
de sedar a un enfermo en fase terminal nos obliga a evaluar los tratamientos que hasta entonces
ha recibido el enfermo, ya que no es éticamente aceptable la sedación ante
síntomas difíciles de controlar, cuando éstos no han demostrado su condición de
refractarios.
A pesar del beneficio que la sedación paliativa y los
esfuerzos para que ésta sea éticamente posible tomando
en cuenta la autonomía del paciente, hasta el día de hoy su práctica sigue
siendo controversial. En algunos casos, hasta
se cree que la sedación paliativa no es más que la eutanasia con otro nombre,
sin embargo es relevante al momento de explicarle a la familia y cercanos verdaderamente
la diferencia. La sedación paliativa es una herramienta terapéutica que, como
dice su nombre, busca la sedación de la persona no así, acortar su vida.
Si bien esta herramienta terapéutica busca otorgarle un
sentido de bienestar a la persona que se encuentra sufriendo, debemos tomar en
cuenta que implica una posterior pérdida de autonomía de la misma, y es aquí
donde se debe tener cuidado, ya que la compasión, siendo un constructo ético esencial
en el cuidar, no debe quitar o sobrepasar
la autonomía de la persona que recibe este cuidado, por lo que para este
procedimiento es fundamental el consentimiento informado firmado por el
paciente, además de una explicación detallada al paciente y familia.
Como enfermeros/as
debemos tener en cuenta que los planes terapéuticos son individuales, ya
que las dosis no deben ser estandarizadas, otorgando cuidados de calidad con respeto
por la vida y la dignidad de las
personas, tanto para el paciente como su
familia, a través de un seguimiento, apoyo y asesoramiento constante. Para esto
es necesario poseer los conocimientos y la competencia debidos para prestarles
una asistencia de calidad profesional y humana.
Luego de la sedación puede aparecer una gran preocupación
en la familia ya que se dan cuenta que
no tuvieron la posibilidad de despedirse o sienten que su estado puede implicar
un acercamiento a la muerte, es por esto que es importante tener una buena
comunicación entre el personal de salud y la familia, realizar una adecuada
valoración de su contexto y capacidad de manejar la situación, y una apropiada
educación.
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