Introducción
El libro “Ética para Amador”
nos presenta el análisis de temas éticos que resultan esenciales en nuestra
sociedad actual, desde un punto de vista práctico, simple y cercano, lo que nos
lleva a desarrollar interés por comenzar una reflexión personal acerca de estos
temas y de esta manera llevarlos a lo cotidiano.
Ya que muchas veces tenemos
claro el conocimiento de estos temas, pero lo dejamos sólo en la teoría, pero
este libro nos permite una facilidad de acercar estos temas a la vida de cada
uno.
Al crecer y desarrollar
conocimiento acerca de la vida en general, se nos hace necesario dejar de
guiarnos sólo por las órdenes y costumbres que nos imponen nuestro padres y
cercanos, tal y como cuando éramos pequeños,
ya que alcanzamos cierto grado de madurez, que nos hace conscientes de
la importancia de una reflexión personal acerca de temas como la libertad, lo
“bueno” y lo que consideramos “malo”, el cuestionamiento de nuestra moral a manos de la ética, que nos
hace crecer como ser humanos y ampliar nuestro punto de vista, definiendo
nuestra propia opinión.
- Síntesis
del texto:
Comienza
explicando la importancia que tiene el saber qué es lo que nos conviene,
distinguiendo lo bueno de lo malo, y lo imprescindible que nos resulta conocer
esto.
Posteriormente
pasamos a un escenario distinto, en el cual nos habla de la obligación que
tienen los animales a hacer ciertas cosas que son parte de su instinto como
especie, se encuentran programados, a
diferencia de los humanos, los que podemos hacer distintas cosas porque así lo queremos, siendo nuestra decisión, lo
que lleva a la palabra fundamental, que es la libertad.
Pero
es importante recordar que tenemos un programa cultural propio que nos
influencia de manera determinante, lo que viene condicionado a través del
lenguaje que le da cierta forma a nuestro pensamiento. Y aunque no podamos
hacer “cualquier” cosa que queramos, no estamos obligados a querer hacer solo
una cosa.
Ante
esto, nos aclara que no somos libres de
elegir todo lo que nos pasa, ni que el intentar algo, es sinónimo de lograrlo,
ya que hay cosas que no dependen de
nuestra voluntad, es decir, que la limitan, y es ahí donde podemos inventar
y elegir nuestro comportamiento, nuestra forma de vida, el “arte de vivir”.
Aunque
a veces nos vemos en la obligación de hacer algo que no preferimos, es decir,
escoger entre dos opciones que no hemos elegido. Y tomamos dicha decisión en
base a nuestra motivación del momento, la razón que se tiene para hacer algo,
de los cuales existen diversos tipos, cada uno con su propio peso.
Las
costumbres, en cambio, nacen de la comodidad que nos proporciona seguir la
rutina en distintas ocasiones, o de la presión ejercida por el medio, este
último aspecto es lo que tiene en común con las órdenes, es decir, vienen de
afuera, al contrario de los caprichos, que vienen de nuestro interior y de
nuestra propia voluntad.
Al
hablar de libertad, no sólo englobamos el decidir, sino también el darse cuenta
de lo que se está decidiendo, por lo que resulta necesario reflexionar acerca
de la motivación que nos lleva a esta medida, y de lo que yo pienso hacer, puesto que nadie puede ser libre en mi lugar, y ya
no basta solamente con órdenes, las costumbres o caprichos, dado que no hay
nadie velando por nosotros, como pasaba cuando éramos pequeños y nos faltaba
mucho conocimiento sobre la vida.
Además,
al avanzar en la lectura nos habla que la palabra Moral, tiene mucho que ver
con las costumbres, siendo el conjunto de
normas y comportamientos que
solemos aceptar como válidos. Por otro lado, la Ética nos la presenta como la
reflexión acerca de por qué los consideramos válidos y comparando otras morales
que tienen distintas personas. Y al ser tan distintas como personas hay en el
mundo, resulta difícil determinar desde afuera lo “bueno” o “malo” que puede
ser alguien. La ética tiene que ver con el
intento de averiguar cómo vivir mejor.
Nos
menciona también que, al vivir en un mundo lingüístico, el hablar con alguien y
escucharle, es darle un trato humano, siendo este proceso de humanización uno
recíproco. Por lo que el darse la buena vida, no es muy diferente de dar la buena vida.
El
autor recalca la única obligación que tenemos en la vida: el evitar ser
imbéciles, definiendo a estos últimos como aquellos que necesitan “bastón”, es
decir que necesitan apoyarse en cosas de afuera, cosas ajenas. Y lo contrario
de ser imbécil, es tener conciencia.
Luego se aborda el tema del placer, y nos
diferencia el “uso” del “abuso”, el uso es cuando usas cierto placer, con el
cual enriqueces tu vida y cada día ésta te gusta más, por el contrario se nota
el abuso cuando el placer te empobrece la vida, e incluso deja de interesarte,
llegando a usarlo como refugio para esconderte de ella.
Para
terminar, nos recalca que la ética sirve para intentar mejorarse a sí mismo, no
para regañar a los demás.
También
nos deja claras las diferencias entre la ética y la política. La primera de
ellas se ocupa de lo que cada uno hace con su libertad, mientras que la otra
busca la mejor manera de coordinar la libertad de muchos, basándose en los
resultados de estas acciones.
- Análisis
del texto:
Uno de los aspectos que llamó más mi atención de este texto, fue cuando se habló de las motivaciones que tiene cada una de las personas, destacando que cada una tiene su propio peso y su importancia en el “arte de vivir” en cada uno.
Uno de los aspectos que llamó más mi atención de este texto, fue cuando se habló de las motivaciones que tiene cada una de las personas, destacando que cada una tiene su propio peso y su importancia en el “arte de vivir” en cada uno.
Especialmente
porque me hizo recordar una experiencia que tuve hace poco, en la cual me
enteré que alguien cercana a mi madre se encuentra embarazada, pero aún así ha
tomado la decisión de seguir fumando, conociendo los riesgos que esto trae para
el futuro bebé. A decir verdad, al hablar de ello en clases anteriormente, de
todos los problemas que esto puede traer para el niño, no podía entender que
una madre tomara la decisión consciente de continuar con este hábito, ya que
tenía la concepción de que una madre era capaz de hacer lo que estuviera a su
alcance para evitar cualquier riesgo de daño para su hijo, y a leer este libro,
sobre todo en la parte en la que el autor relata como ejemplo que aún si se le
explica a la persona que beber en exceso puede acortar su vida, ella le
responderá que “el vivir sin beber para él no es vivir”, fui capaz de ver lo
poderosas que son las motivaciones, y de cómo cambia la concepción del buen
vivir en cada persona, y que en algunas ocasiones, puede llegar a influir más
en el “yo”, que en cualquier otro rol que la persona tenga, por muy importante
que sea.Cuando
se habla de lo subjetivo de los conceptos de “bueno” y “malo”, pude notar a la
cantidad de situaciones a lo cual esto se puede aplicar, incluso en el ámbito
de Enfermería, ya que, por ejemplo, en el hospital a un niño se le puede
considerar un mal paciente por el simple hecho de llorar al separarse de los
brazos de su madre, siendo que esto es algo esperable para su desarrollo, sobre
todo a cierta edad, por lo que desde otra perspectiva sería considerado “malo”
que no lo hiciera.Si
no tenemos cuenta esto, podemos caer en error de juzgar de manera precipitada a
quienes nos rodean desde nuestro propio punto de vista, sin considerar el del
otro, debido a una falta de empatía y por egoísmo, ya que no consideramos lo
que el otro piensa o siente.Por
otro lado, me hizo darme cuenta lo fácil que es caer en ser “imbécil”, especialmente
en algún tipo de abuso del placer, que usamos como refugio de la vida,
negándola y haciendo más fácil el poder criticarla desde una cómoda posición
pasiva, en la cual no hacemos nada por cambiar nuestro estado, culpando a causas
externas.E
incluso, hay ocasiones que vamos más lejos, culpando a aquellas cosas de
nuestra vida que no podemos cambiar, que van más allá de nuestra voluntad, tal
y como se encuentra explicado en el libro, siendo que siempre podemos elegir
cómo comportarnos, aunque tengamos opciones que normalmente no querríamos
escoger, y es allí donde entra nuestra capacidad de experimentar e inventar,
para asegurarnos una mejor vida con nuestras propias manos, sin caer en la
comodidad que resulta más fácil de aceptar, auto convenciéndonos que hicimos lo
que pudimos.
Conclusión
La ética y la Enfermería van estrechamente relacionadas, ya que nos permite tener siempre en consideración lo que debemos recordar para tomar a nuestros pacientes desde la perspectiva humana e integral.En nuestro quehacer profesional no podemos caer en el error del uso de puramente las costumbres, dejarnos llevar por las rutinas, aunque la presión del medio lo dicto de esa manera, debemos ser capaces de ver más allá de las órdenes y protocolos, y buscar lo mejor para las personas a nuestro cargo.Al recalcarnos que el escuchar y hablar con el otro es tratarle como una persona, es humanizarlo, reafirma nuestra labor como profesionales, nos hace sentir que estamos desarrollando bien esta ciencia y arte que es la Enfermería, la importancia que tiene ponerse en el lugar del otro, ver las cosas desde otra perspectiva, nos hace más fácil conocer e identificarnos con aquel que está a nuestro lado.También me reafirma personalmente, que aunque la medicina alcance un alto grado de tecnología en los tratamientos médicos y farmacológicos, nuestra profesión siempre será importante, ya que es en situaciones de vulnerabilidad, donde más necesitamos el contacto con el otro, la necesidad de sentir que no somos algo anónimo en los establecimientos, y que sólo una persona con conocimientos claros, es capaz de ver más allá de la enfermedad, de ver a la persona con sus motivos, costumbres, y sobre todo, con su libertad.
Conclusión
La ética y la Enfermería van estrechamente relacionadas, ya que nos permite tener siempre en consideración lo que debemos recordar para tomar a nuestros pacientes desde la perspectiva humana e integral.En nuestro quehacer profesional no podemos caer en el error del uso de puramente las costumbres, dejarnos llevar por las rutinas, aunque la presión del medio lo dicto de esa manera, debemos ser capaces de ver más allá de las órdenes y protocolos, y buscar lo mejor para las personas a nuestro cargo.Al recalcarnos que el escuchar y hablar con el otro es tratarle como una persona, es humanizarlo, reafirma nuestra labor como profesionales, nos hace sentir que estamos desarrollando bien esta ciencia y arte que es la Enfermería, la importancia que tiene ponerse en el lugar del otro, ver las cosas desde otra perspectiva, nos hace más fácil conocer e identificarnos con aquel que está a nuestro lado.También me reafirma personalmente, que aunque la medicina alcance un alto grado de tecnología en los tratamientos médicos y farmacológicos, nuestra profesión siempre será importante, ya que es en situaciones de vulnerabilidad, donde más necesitamos el contacto con el otro, la necesidad de sentir que no somos algo anónimo en los establecimientos, y que sólo una persona con conocimientos claros, es capaz de ver más allá de la enfermedad, de ver a la persona con sus motivos, costumbres, y sobre todo, con su libertad.
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