Introducción:
Ética para amador trata uno de los temas más
esenciales para la existencia humana. En el texto se da una visión global del
cómo vivimos la ética, existe una infinidad de pensamientos, como humanos en el
mundo, esto nos lleva a pensar que asociaciones y reacciones en lo cotidiano
varíen con cada persona. Debemos entender y poner en práctica la ética, vivimos
en sociedad en donde cada persona es única e irremplazable, pero hay
algo muy importante dentro de todo esto que es la vida en relación con el otro,
con los demás, con los que se encuentran en nuestro alrededor que de una u otra
forma se hacen parte de nuestro mundo y que al final nos conducen a acertar o
equivocarnos en la elecciones que hacemos.
Desde pequeños vamos aprendiendo lo que es correcto
de lo incorrecto, lo que es bueno de hacer de lo que es malo, todo esto
influenciado por el entorno en que nos encontramos viviendo, para que en futuro
podemos ir desenvolviéndonos poco a poco como entes sociales al comprender que
lo principal es la relación con los demás, ya que no nos encontramos solos, el
hombre no es una isla, tenemos libertad a la hora de actuar, pero ella viene
con una responsabilidad.
Por ende cada día nos ocurren situaciones en las
que debemos actuar dependiendo de nuestra libertad. Éste libro nos presenta la
ética de manera cotidiana y con un lenguaje liviano, pasaremos por varios
conceptos esenciales, como lo son la libertad, egoísmo, conciencia,
remordimiento y, y todo esto con un único fin, lograr alcanzar la “buena vida
humana”.
Es necesario insertar la ética en nuestro diario
vivir, y por sobretodo en nuestra formación con profesionales, al estar
en constante contacto con otras personas, debemos tener claro del papel que
cumplimos en la vida de ellas, pero también de nuestra forma de ver la ética.
Si no la comprendemos de manera correcta, podríamos llevar a un daño mutuo e
incluso a un fracaso profesional.
Síntesis (2):
“Ética
para amador” es un libro que simboliza la conversación que podría tener todo
padre con su hijo al momento de hablar sobre la vida. Todo comienza con la
plática de que se puede vivir de muchos modos, pero que existen algunos que no
dejan vivir, es necesario reconocer que entre todos los saberes que pueden
existir, hay uno que es imprescindible y a su vez poder reconocer lo bueno de
lo malo, lo cual es un conocimiento que todos esperamos poder tener y que a la
vez depende del criterio y percepción que cada persona le da a las cosas en
base a la personalidad de éstas, que como ente racional tiene la condición de
poder decidir sus acciones y equivocarse en ellas, por lo tanto, es libre,
siendo esto lo que nos diferencia
de los animales, los que por su programación dada por la naturaleza, siempre
actuarán de la misma manera.
Es
cierto que somos libres, pero no tenemos la libertad de decidir qué es lo que
nos sucede, eso está mediado por el entorno, lo que si podemos hacer es decir
cómo actuar frente a los sucesos de la vida de manera y de esta forma ir
adquiriendo un cierto saber vivir que nos permita ir por un buen camino.
Más
adelante, Savater habla sobre los motivos detrás de nuestras decisiones y acciones,
“¿por qué hago eso?”. Lo ideal es ir planteándonos las razones de nuestro
actuar, que nos lleva a decir tal cosa en vez de la otra, aunque muchas veces
nuestra vida se va volviendo rutinaria, el por qué de nuestras acciones no
tiene un fundamento mayor que la costumbre, el seguir las ordenes de los demás
o los caprichos, que sería simplemente por hacer lo que queramos. Es por esto
que nos plantea la pregunta, es necesario que nos preguntemos a nosotros estos
motivos de actuar, no a los demás, con el fin de poder obtener “una buena vida”
considerando siempre la opción que nos hará bien, no solo en este momento, sino
que también en el futuro, y que esa opción considere lo moralmente correcto,
pero no que esté delimitado por lo que los demás piensen, sino por lo que es tu
línea de vida.
Continúa
hablando sobre que el vivir no es solo pasar el tiempo, sino que vivirlo bien,
y para que sea humana es necesaria la vida entre los seres humanos, puesto que
nuestra realidad no es solo biológica, sino también cultural, y es aquí donde
la ética hace el intento racional de intentar descubrir y abarcar el cómo vivir
mejor.
Es
de esta forma que queremos que nos traten humanamente, sin embargo para
hacerlo, yo también debo tratarlos de manera humana, no son cosas, son personas
y esto es algo que muchas veces cuesta realizar, según Savater es la mayor
complejidad de la vida, el entender que las personas no son cosas.
Luego
no habla de la única obligación que tenemos en la vida y esta es la de no se
imbéciles y éste es aquél que necesita apoyarse en un bastón entendiéndolo como
la necesidad de apoyarse en las cosas externas y que no tienen ninguna relación
con la libertad y el poder decisión que tiene cada individuo. Para evitar esto
es que debamos poseer conciencia, la que nos habla de que tenemos que
comprender que no todo da igual, saber que lo que estamos haciendo es lo que
realmente queremos, seguir una misma línea en base a nuestra personalidad y
quiénes queremos ser aceptando las consecuencias de nuestras acciones.
El
autor sigue con el capítulo de “ponte en su lugar”, donde plantea que el tratar
a las personas humanamente depende de la capacidad de ponerse en los zapatos de
ellos, reconocerlo como alguien y comprenderlo adoptando por un instante su
punto de vista, tomando en cuenta sus derechos y entender sus razones de
acción. Cuando actúa mal con otra persona, estas actuando mal contigo mismo.
Sigue
hablando acerca de la diferencia entre el uso y al abuso de los placeres y como
reconocerla a través de si mi vida se enriquece o se va empobreciendo. La ética
en definitiva es solidaridad que nos permite ir mejorándonos como personas.
Termina
con la relación que tienen la ética y la política, en donde ambas está incluida
la libertad.
Análisis (2):
La
ética depende de cada uno, pertenece y se encuentra definida por la decisión
que cada uno de nosotros como personas tomamos, pero no es solo eso, sino que a
su vez está influenciada por las experiencias personales, por ejemplo cuando
somos pequeños nos dicen que no hagamos tales cosas porque son malas y nos
puede pasar algo, algunos hacen caso, mas siempre están los que hasta que no
les pase no hacen caso, es como el dicho, no pasa hasta que te pasa. Ocurre lo
mismo a la hora de comprender lo que bueno y malo, nuestra principal base es lo
que cada uno vive.
Lo
bueno sin embargo no es siempre lo que más me conviene para crecer como
persona, a la hora decidir, influye mucho la forma que piensa que cada uno, la
enseñanza que ha tenido, las mismas experiencias, el contexto que estoy
viviendo y muchas veces lo que la sociedad en que me encuentro considera
moralmente correcto.
Claramente
las acciones que realizamos para nuestra rutina son inconscientes e
instintivas, es eso lo que las hace ser rutina, lo que hay que realmente analizar
cuando vamos a tomar una decisión, es
cuando tengo o quiero salir de la rutina; por ejemplo los horarios se encuentra
fijados de acuerdo a lo que tenga que realizar en la semana y mi rutina se verá
alterada por estas obligaciones, y es aquí donde uno se plantea que hacer. Los
motivos que llevan a determinar mi acción a seguir son diversos y tienen su
propio peso, cada uno depende del contexto y de la prioridad que les doy. Si
bien siempre tenemos más de algún motivo para actuar, siempre o la mayoría de
las veces intentamos elegir el que se adecue más a nuestra forma de ser, a
nuestra ética.
La
vida es compleja, tanto como para no solo dejarnos llevar por un capricho al
momento de decidir cómo actuar o qué es lo que vamos a hacer, una orden no
siempre significara que es lo correcto, y las costumbres están para ser
cambiadas, es por eso que tenemos libertad de acción, siempre comprendiendo la
responsabilidad que recae en nosotros como personas, para su buen uso debe ser
un concepto social, no todo lo que parece es, por lo que debe quedar muy claro
que le ética de un hombre no tiene que ver con las reglas, con las costumbres,
con los caprichos ni mucho menos con los castigos, el hace lo que uno quiera,
hace referencia que debemos cambiar el modo de pensar, orientarnos hacia un
perspectiva mucho más sana y tangible.
Nosotros
como seres humanos pertenecemos a una realidad social, necesitamos de las
relaciones con nuestro entorno, la comunicación influye en el apoyo del
bienestar y para poder hacerlo tenemos el lenguaje, el cual no está determinado
por nuestra base biológica, sino que viene desde una realidad cultural. El
proceso de humanización es tan importante como el lenguaje, posee una
reciprocidad que depende de nuestra responsabilidad, para poder llevar una
buena vida, para aprovechar el día a día e ir construyendo nuestro futuro como
es el deber de todo adulto, no solo hay que pensar en cada uno, sino que hay
que enseñar a los demás a ser personas, de manera de que todos podamos
enriquecernos.
El
egoísmo afecta en conjunto, muchas veces pasamos a llevar a los demás en
beneficio propio, alejándonos de nuestra idea de lograr la humanización y el
trato humano, ya que no reconozco al otro como igual, lo trato como una cosa
que me permitirá llegar a cumplir mi cometido otorgándome un beneficio, es
decir que vuelvo a pensar solo en mi bienestar. Es aquí cuando actuamos como
“imbéciles” por lo que debemos tomar conciencia de que somos libres pero que no
estamos solos, que cada acción que realizamos, cada error que cometemos tiene
un consecuencia que no me afecta solo a mí, pero que la decisión si fue tomada
por mí, pesa bastante el remordimiento, la pregunta del por qué lo hicimos. En
definitiva es vital tomar conciencia de nuestro entorno, de nuestra libertad y
aprender a vivir con ella.
Es
de esta forma que hay que buscar un balance entre el bienestar físico y
psicológico de lo que se busca en la vida, ya que si nos desviamos a los
extremos todo puede resultar horriblemente mal; la búsqueda de la alegría nos
mantiene en el camino para alcanzar nuestras metas, aunque muchas veces
olvidamos disfrutar el momento al estar preocupados por el futuro, es
importante siempre considerar que como personas el bienestar físico y emocional
da por hecho una vida plena.
Conclusión (1):
La
ética es algo que debería estar dentro de la psique de cada persona, en la
forma de actuar, a la hora de decir, desde el primer momento del día hasta la
hora de irse a dormir, es necesario si queremos actuar como personas y entregar
un trato humanizado, no solo pensando en que así quiero que me traten sino que
así que como entes racionales debemos actuar frente a cualquier situación,
frente a cualquier persona. Es por esto que es nuestro deber el poder realizar
una reflexión crítica de nuestra ética en todo momento.
Normalmente
poseemos más de un motivo a la hora de determinar nuestras decisiones, lo
importante es elegir el que más se adecue a mi ética, a mi línea de persona,
como futura profesional, no puedo decir por capricho si atiendo o no a un paciente,
el cómo lo atiendo, todo debe estar determinado y fundamentado por mi principal
labor como enfermera que es otorgar cuidados a todo aquél que lo necesite.
Para
eso es muy importante las relaciones que estamos formando, la forma de otorgar
ese cuidado y el siempre tener presente que no estamos tratando con cosas, con
enfermedades, con el “pie diabético”, con la “herida de bala”, sino que estamos
tratando a personas que viven en un determinado contexto, que la situación
puntual que están viviendo afecta a todas las demás esferas de su vida, que lo
que pase ahora influirá en su futuro, por lo que todo lo que todas nuestras
decisiones no son solo hacia nuestro beneficio, sino que deben y recalco el
deben estar pensadas en el bienestar de esas personas.
Sin
embargo, nuestra profesión a lo largo del tiempo ha ido perdiendo ese toque que
tanto nos inculcan como estudiantes, el medio ejerce demasiada presión, se le
está dando más importancia al cumplimiento de las metas, a terminar todo lo que se tiene en el turno,
a las técnicas en sí, olvidando o muchas veces dando por sentado que el cuidado
que entregamos debe ser humanizado, que se debe considerar la justicia y para eso es necesario ponerse en el lugar
del otro.
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