domingo, 13 de octubre de 2013

Ética para Amador (Ensayo) por Olga Silva

Introducción:
Ética para amador trata uno de los temas más esenciales para la existencia humana. En el texto se da una visión global del cómo vivimos la ética, existe una infinidad de pensamientos, como humanos en el mundo, esto nos lleva a pensar que asociaciones y reacciones en lo cotidiano varíen con cada persona. Debemos entender y poner en práctica la ética, vivimos en sociedad en donde cada persona es única e irremplazable, pero hay algo muy importante dentro de todo esto que es la vida en relación con el otro, con los demás, con los que se encuentran en nuestro alrededor que de una u otra forma se hacen parte de nuestro mundo y que al final nos conducen a acertar o equivocarnos en la elecciones que hacemos.

Desde pequeños vamos aprendiendo lo que es correcto de lo incorrecto, lo que es bueno de hacer de lo que es malo, todo esto influenciado por el entorno en que nos encontramos viviendo, para que en futuro podemos ir desenvolviéndonos poco a poco como entes sociales al comprender que lo principal es la relación con los demás, ya que no nos encontramos solos, el hombre no es una isla, tenemos libertad a la hora de actuar, pero ella viene con una responsabilidad.

Por ende cada día nos ocurren situaciones en las que debemos actuar dependiendo de nuestra libertad. Éste libro nos presenta la ética de manera cotidiana y con un lenguaje liviano, pasaremos por varios conceptos esenciales, como lo son la libertad, egoísmo, conciencia, remordimiento y, y todo esto con un único fin, lograr alcanzar la “buena vida humana”.

Es necesario insertar la ética en nuestro diario vivir, y por sobretodo en nuestra formación con profesionales, al estar  en constante contacto con otras personas, debemos tener claro del papel que cumplimos en la vida de ellas, pero también de nuestra forma de ver la ética. Si no la comprendemos de manera correcta, podríamos llevar a un daño mutuo e incluso a un fracaso profesional.

Síntesis (2):
“Ética para amador” es un libro que simboliza la conversación que podría tener todo padre con su hijo al momento de hablar sobre la vida. Todo comienza con la plática de que se puede vivir de muchos modos, pero que existen algunos que no dejan vivir, es necesario reconocer que entre todos los saberes que pueden existir, hay uno que es imprescindible y a su vez poder reconocer lo bueno de lo malo, lo cual es un conocimiento que todos esperamos poder tener y que a la vez depende del criterio y percepción que cada persona le da a las cosas en base a la personalidad de éstas, que como ente racional tiene la condición de poder decidir sus acciones y equivocarse en ellas, por lo tanto, es libre, siendo esto lo          que nos diferencia de los animales, los que por su programación dada por la naturaleza, siempre actuarán de la misma manera.
Es cierto que somos libres, pero no tenemos la libertad de decidir qué es lo que nos sucede, eso está mediado por el entorno, lo que si podemos hacer es decir cómo actuar frente a los sucesos de la vida de manera y de esta forma ir adquiriendo un cierto saber vivir que nos permita ir por un buen camino.
Más adelante, Savater habla sobre los motivos detrás de nuestras decisiones y acciones, “¿por qué hago eso?”. Lo ideal es ir planteándonos las razones de nuestro actuar, que nos lleva a decir tal cosa en vez de la otra, aunque muchas veces nuestra vida se va volviendo rutinaria, el por qué de nuestras acciones no tiene un fundamento mayor que la costumbre, el seguir las ordenes de los demás o los caprichos, que sería simplemente por hacer lo que queramos. Es por esto que nos plantea la pregunta, es necesario que nos preguntemos a nosotros estos motivos de actuar, no a los demás, con el fin de poder obtener “una buena vida” considerando siempre la opción que nos hará bien, no solo en este momento, sino que también en el futuro, y que esa opción considere lo moralmente correcto, pero no que esté delimitado por lo que los demás piensen, sino por lo que es tu línea de vida.
Continúa hablando sobre que el vivir no es solo pasar el tiempo, sino que vivirlo bien, y para que sea humana es necesaria la vida entre los seres humanos, puesto que nuestra realidad no es solo biológica, sino también cultural, y es aquí donde la ética hace el intento racional de intentar descubrir y abarcar el cómo vivir mejor.
Es de esta forma que queremos que nos traten humanamente, sin embargo para hacerlo, yo también debo tratarlos de manera humana, no son cosas, son personas y esto es algo que muchas veces cuesta realizar, según Savater es la mayor complejidad de la vida, el entender que las personas no son cosas.
Luego no habla de la única obligación que tenemos en la vida y esta es la de no se imbéciles y éste es aquél que necesita apoyarse en un bastón entendiéndolo como la necesidad de apoyarse en las cosas externas y que no tienen ninguna relación con la libertad y el poder decisión que tiene cada individuo. Para evitar esto es que debamos poseer conciencia, la que nos habla de que tenemos que comprender que no todo da igual, saber que lo que estamos haciendo es lo que realmente queremos, seguir una misma línea en base a nuestra personalidad y quiénes queremos ser aceptando las consecuencias de nuestras acciones.
El autor sigue con el capítulo de “ponte en su lugar”, donde plantea que el tratar a las personas humanamente depende de la capacidad de ponerse en los zapatos de ellos, reconocerlo como alguien y comprenderlo adoptando por un instante su punto de vista, tomando en cuenta sus derechos y entender sus razones de acción. Cuando actúa mal con otra persona, estas actuando mal contigo mismo.
Sigue hablando acerca de la diferencia entre el uso y al abuso de los placeres y como reconocerla a través de si mi vida se enriquece o se va empobreciendo. La ética en definitiva es solidaridad que nos permite ir mejorándonos como personas.
Termina con la relación que tienen la ética y la política, en donde ambas está incluida la libertad.

Análisis (2):
La ética depende de cada uno, pertenece y se encuentra definida por la decisión que cada uno de nosotros como personas tomamos, pero no es solo eso, sino que a su vez está influenciada por las experiencias personales, por ejemplo cuando somos pequeños nos dicen que no hagamos tales cosas porque son malas y nos puede pasar algo, algunos hacen caso, mas siempre están los que hasta que no les pase no hacen caso, es como el dicho, no pasa hasta que te pasa. Ocurre lo mismo a la hora de comprender lo que bueno y malo, nuestra principal base es lo que cada uno vive.
Lo bueno sin embargo no es siempre lo que más me conviene para crecer como persona, a la hora decidir, influye mucho la forma que piensa que cada uno, la enseñanza que ha tenido, las mismas experiencias, el contexto que estoy viviendo y muchas veces lo que la sociedad en que me encuentro considera moralmente correcto.
Claramente las acciones que realizamos para nuestra rutina son inconscientes e instintivas, es eso lo que las hace ser rutina, lo que hay que realmente analizar cuando vamos a tomar una decisión,  es cuando tengo o quiero salir de la rutina; por ejemplo los horarios se encuentra fijados de acuerdo a lo que tenga que realizar en la semana y mi rutina se verá alterada por estas obligaciones, y es aquí donde uno se plantea que hacer. Los motivos que llevan a determinar mi acción a seguir son diversos y tienen su propio peso, cada uno depende del contexto y de la prioridad que les doy. Si bien siempre tenemos más de algún motivo para actuar, siempre o la mayoría de las veces intentamos elegir el que se adecue más a nuestra forma de ser, a nuestra ética.
La vida es compleja, tanto como para no solo dejarnos llevar por un capricho al momento de decidir cómo actuar o qué es lo que vamos a hacer, una orden no siempre significara que es lo correcto, y las costumbres están para ser cambiadas, es por eso que tenemos libertad de acción, siempre comprendiendo la responsabilidad que recae en nosotros como personas, para su buen uso debe ser un concepto social, no todo lo que parece es, por lo que debe quedar muy claro que le ética de un hombre no tiene que ver con las reglas, con las costumbres, con los caprichos ni mucho menos con los castigos, el hace lo que uno quiera, hace referencia que debemos cambiar el modo de pensar, orientarnos hacia un perspectiva mucho más sana y tangible.
Nosotros como seres humanos pertenecemos a una realidad social, necesitamos de las relaciones con nuestro entorno, la comunicación influye en el apoyo del bienestar y para poder hacerlo tenemos el lenguaje, el cual no está determinado por nuestra base biológica, sino que viene desde una realidad cultural. El proceso de humanización es tan importante como el lenguaje, posee una reciprocidad que depende de nuestra responsabilidad, para poder llevar una buena vida, para aprovechar el día a día e ir construyendo nuestro futuro como es el deber de todo adulto, no solo hay que pensar en cada uno, sino que hay que enseñar a los demás a ser personas, de manera de que todos podamos enriquecernos.
El egoísmo afecta en conjunto, muchas veces pasamos a llevar a los demás en beneficio propio, alejándonos de nuestra idea de lograr la humanización y el trato humano, ya que no reconozco al otro como igual, lo trato como una cosa que me permitirá llegar a cumplir mi cometido otorgándome un beneficio, es decir que vuelvo a pensar solo en mi bienestar. Es aquí cuando actuamos como “imbéciles” por lo que debemos tomar conciencia de que somos libres pero que no estamos solos, que cada acción que realizamos, cada error que cometemos tiene un consecuencia que no me afecta solo a mí, pero que la decisión si fue tomada por mí, pesa bastante el remordimiento, la pregunta del por qué lo hicimos. En definitiva es vital tomar conciencia de nuestro entorno, de nuestra libertad y aprender a vivir con ella.
Es de esta forma que hay que buscar un balance entre el bienestar físico y psicológico de lo que se busca en la vida, ya que si nos desviamos a los extremos todo puede resultar horriblemente mal; la búsqueda de la alegría nos mantiene en el camino para alcanzar nuestras metas, aunque muchas veces olvidamos disfrutar el momento al estar preocupados por el futuro, es importante siempre considerar que como personas el bienestar físico y emocional da por hecho una vida plena.
Conclusión (1):
La ética es algo que debería estar dentro de la psique de cada persona, en la forma de actuar, a la hora de decir, desde el primer momento del día hasta la hora de irse a dormir, es necesario si queremos actuar como personas y entregar un trato humanizado, no solo pensando en que así quiero que me traten sino que así que como entes racionales debemos actuar frente a cualquier situación, frente a cualquier persona. Es por esto que es nuestro deber el poder realizar una reflexión crítica de nuestra ética en todo momento.
Normalmente poseemos más de un motivo a la hora de determinar nuestras decisiones, lo importante es elegir el que más se adecue a mi ética, a mi línea de persona, como futura profesional, no puedo decir por capricho si atiendo o no a un paciente, el cómo lo atiendo, todo debe estar determinado y fundamentado por mi principal labor como enfermera que es otorgar cuidados a todo aquél que lo necesite.
Para eso es muy importante las relaciones que estamos formando, la forma de otorgar ese cuidado y el siempre tener presente que no estamos tratando con cosas, con enfermedades, con el “pie diabético”, con la “herida de bala”, sino que estamos tratando a personas que viven en un determinado contexto, que la situación puntual que están viviendo afecta a todas las demás esferas de su vida, que lo que pase ahora influirá en su futuro, por lo que todo lo que todas nuestras decisiones no son solo hacia nuestro beneficio, sino que deben y recalco el deben estar pensadas en el bienestar de esas personas.
Sin embargo, nuestra profesión a lo largo del tiempo ha ido perdiendo ese toque que tanto nos inculcan como estudiantes, el medio ejerce demasiada presión, se le está dando más importancia al cumplimiento de las metas,  a terminar todo lo que se tiene en el turno, a las técnicas en sí, olvidando o muchas veces dando por sentado que el cuidado que entregamos debe ser humanizado, que se debe considerar la justicia  y para eso es necesario ponerse en el lugar del otro.



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